La naturaleza dotó a los animales de alimento, vestido y medios de defensa; pero el hombre ha de procurarse estas cosas usando su razón, y el individuo no puede satisfacer todas estas necesidades por sí mismo. La adecuada satisfacción de las necesidades económicas y corporales del hombre requiere una sociedad organizada, y esto muestra que la sociedad es natural para el hombre. El hombre necesita de la sociedad para la satisfacción de las necesidades físicas y espirituales.
“El hombre es por naturaleza un animal social. Por ello, en estado de inocencia (si no hubiera habido pecado) los hombres habrían vivido igualmente en sociedad. Pero una vida social para muchos no podría existir si no hubiera alguien que los presidiera y atendiera al bien común”, escribe Tomás de Aquino. El punto puede ilustrarse de la siguiente y banal manera dice Frederick Copleston. “Aun cuando nadie estuviera dispuesto a infringir los reglamentos de tránsito, éstos serían necesarios; en consecuencia, tendría que haber una autoridad que los estableciera y prescribiera. El gobierno existe primariamente para cuidar del bien común. Es una institución natural, lo mismo que la sociedad, y por ello mismo, es algo querido por Dios”.
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