Joseph Brodsky |
El poeta ruso y premio Nobel de literatura Joseph Brodsky escribió que “la repugnancia, la ironía o la indiferencia ante el poder, tan a menudo expresadas por la literatura, constituyen, en esencia, la reacción de lo permanente, mejor aún, de lo infinito, contra lo temporal, contra lo finito.La filosofía del poder, su ética, y no digamos su estética, es siempre ayer. La lengua y la literatura son siempre hoy, y a menudo, sobre todo allí donde haya un sistema político digno, pueden llegar a constituir mañana. Uno de los méritos de la literatura reside precisamente en que ayuda a las personas a individualizar más su vida, a distinguirse de la multitud de sus predecesores y de sus coetáneos, y evitar así la redundancia, es decir, ese destino de ser, como se dice eufemísticamente, una víctima de la historia. Lo más destacable del arte en general y de la literatura en particular, lo que los diferencia de la vida, es precisamente su aborrecimiento de la repetición. En la vida diaria uno puede convertirse en el alma de una fiesta contando tres veces el mismo chiste y consiguiendo tres veces una carcajada. En arte, este tipo de conducta recibe el nombre de cliché”.
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