El homo sapiens se originó en África y los primeros seres humanos tuvieron una piel oscura. Entonces, ¿por qué hay tantas razas de piel clara? Una explicación es que, en su momento, fue una adaptación a la vida en latitudes mayores. Las concentraciones elevadas del pigmento melanina protegen la piel de la lesión provocada por la luz ultravioleta de los rayos solares, que pueden causar cáncer. Sin embargo, la melanina también inhibe la producción de vitamina D cuando los rayos solares no son muy intensos. A medida que las personas migraron hacia latitudes norte respecto al ecuador, la selección natural pudo haber favorecido a las que tenían una piel más clara debido a que en esas latitudes el cáncer era un peligro menos amenazante que la falta de vitamina D. Esta posibilidad está apoyada por el hecho de que las personas que viven en las zonas del norte de Europa y América muestran una incidencia mayor de raquitismo, una enfermedad ósea causada por la deficiencia de vitamina D. En estudios recientes se ha identificado un gen, denominado sic245a5, que puede contribuir al color de la piel, escribe Mark Henderson, editor científico de The Times.
Algunos grupos raciales muestran una incidencia mayor de enfermedades concretas, dice Henderson. La anemia drepanocítica es más frecuente entre las personas de origen africano y mediterráneo; la esclerosis múltiple muestra una prevalencia mayor en la raza blanca, y la enfermedad de Tay-Sachs afecta predominantemente a los judíos ashkenazi. Estos datos pueden ser útiles para el diagnóstico, aunque los médicos no deben descartar enfermedades solamente por el hecho de que un paciente pertenezca a un grupo racial equivocado.
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