Considerado en conjunto, el concepto de humanismo es tan controvertido como extenso. Casi todos los estudiosos de los últimos decenios del siglo XX subrayaron el hecho de que el humanismo no ha sido una doctrina filosófica, pero nadie puede negar que haya sido una comunidad ideal. Reconocida por unanimidad esta evidencia, se vuelve más complejo el asunto de una definición. En realidad, en la vivencia de los humanistas (que no hubo Humanismo sino sólo humanistas), lo que sí hubo fue un credo común. Se podría definir tentativamente el credo humanista minimalista como la convicción de que la fuente del saber está contenida en los libros antiguos, pero que les toca a los modernos profundizar en el descubrimiento del hombre y el mundo, escribe Jacques Lafaye,historiador y antropólogo francés.
Uno de los fenómenos más notables es que la corriente humanista trascendió las divisiones religiosas, apela Lafave. Hubo humanistas católicos,luteranos, anglicanos, calvinistas… agnósticos, hasta pansóficos, y disidentes religiosos inclasificables respecto de las diversas iglesias o sectas que se enfrentaron. Otros emigraron de una secta a otra, como el mismo Justo Lipsio y el húngaro Andreas Dudics (nacido en Buda en 1533), teólogo católico que se pasó al calvinismo, y finalmente del calvinismo al socinianismo.
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