martes, 7 de noviembre de 2023

El derecho inalienable de Londres de formar su propia comuna


En 1176, el rey Enrique II encargó un nuevo puente de piedra. Terminado en 1284, el Puente de Londres original se mantendría durante más de 600 años. Admitía hogares y tiendas, que a lo largo del tiempo se construyeron encima sus arcos. 

En la última década del siglo XII, en el que en el extranjero se gritaban consignas como “los londinenses no tendrán más rey que su alcalde”. Esta breve revolución fue consecuencia directa de la ausencia del rey durante una cruzada en Palestina y Europa. Ricardo I había venido a Londres para su coronación el primer domingo de septiembre de 1189, “un día que marcó una desgracia en el calendario”; de hecho, resultó “ser así para los judíos de Londres, que ese día quedaron destrozados”. Estas palabras crípticas describen un asesinato en masa que los historiadores apenas han tratado en sus crónicas. Se solía decir que los principales culpables fueron los que debían dinero a los judíos, aunque resulta difícil sobreestimar la brutalidad del populacho londinense; representaba a una sociedad violenta y despiadada donde la metáfora de la población nativa era la de unas abejas enjambradas en grupos iracundos.

Greater London Council

Cuando el hermano de Richard, John, aspiró a la corona en 1191, los ciudadanos de Londres se reunieron en folkmoot con la intención de pronunciarse acerca de sus pretensiones; en ese instante trascendental acordaron aceptarle como rey siempre que reconociera el derecho inalienable de Londres de formar su propia comuna como ciudad-estado que gobierna y elige de manera independiente. John aceptó estas condiciones. No era un título nuevo pero, por vez primera, el monarca reinante lo aceptaba como un modo de organización pública “a la que todos los nobles del reino, e incluso los obispos de esa provincia, están obligados a jurar”. Éstas son las palabras de Richard de Devizes. Leemos en la gran crónica de la ciudad, el Liber Albus, que “los señores de la ciudad de Londres deberán elegir de entre ellos anualmente a un alcalde siempre que, cuando se elija, éste se presente a su majestad el rey o, en ausencia del rey, a su apoderado”. De este modo, el alcalde y su consejo rector de probi homines, los “hombres honestos” con rango de concejales, lograron un rango y dignidad formales. Londres había adquirido una identidad administrativa que dio vida a organismos posteriores como el Metropolitan Board of Works (Consejo metropolitano de obras públicas) y el London County Council (Consejo del municipio de Londres) del siglo XIX, así como el Greater London Council (Consejo de Greater London) del siglo XX.Un desarrollo orgánico que no ha desfallecido a lo largo de los años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario