* La guerra entre soldados mexicanos enemigos era una tragedia, aunque lo peor era que también alcanzaba a la gente de paz, a aquella que buscaba vivir de su trabajo, en familia, para criar a sus hijos y sus hijas con el simple deseo de verlos llegar a la adultez, y ya después Dios dirá………
Muy pronto los actores principales de esa farsa a la que llamaban “Revolución” olvidaron los parlamentos del guión que habían acordado y cobraron vida propia escribiendo sus propios diálogos y monólogos de traiciones y balaceras. Y el libreto original pasó al olvido. Unos querían ganarse, a base de plomo, la tierra y la riqueza que no les pertenecía, y otros deseaban sentarse en la silla grande. A nadie se le ocurría, o nadie tenía la voluntad, de juntar dos sillas para hablar sin balas y no moverse de ahí hasta lograr la paz. Con ese afán habían levantado en armas a un pueblo obediente y lo habían puesto bajo el mando de dementes que mataban sin distingos ni criterios de la más mínima ética y cortesía militar.
*El murmullo de las abejas de Sofía Segovia.
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