Suele ser hoy habitual la delegación de la educación de los hijos tanto en abuelos, como en los docentes que ya tienen bastante con preocuparse de la formación humanista, cultural y académica de sus alumnos; y por último en la propia sociedad, “pero aunque, hoy en día, en mayor medida, se corre el grave riesgo de que en esa sociedad existe una preocupante quiebra y carencia de valores, por lo que si en nuestra generación nuestros padres se quedaban tranquilos cuando nos dejaban ante el televisor viendo Barrio Sésamo, pues sus contenidos eran didácticos y moralizantes, sin embargo los niños de ahora se instruyen de los desvalores que transmiten programas que intoxican sus mentes infantiles”, dice el jurista español Francisco Serrano.
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