El bebé ve el juguete y lo quiere tener en sus manos. Está frustrado porque no lo tiene, entonces se esfuerza y empieza a gatear para llegar hasta él. De pronto, la madre lo ve y le dice: ¡pobrecito mi bebé que quiere el juguete!, y se le adelanta para entregárselo: «¡Toma, aquí está tu juguete! ¡No te preocupes!». ¿Qué hizo esa madre? Le robó a su hijo el esfuerzo. Por lo tanto, le privó de la frustración y el éxito. Para el psicólogo Bernardo Stamateas el hecho de recibir el juguete de manos de su madre, el bebé no se frustró, y por lo tanto no necesitó esforzarse. Este es el motivo por el que muchos chicos en la actualidad no valoran nada, les pusieron todo en las manos. Por eso, ¡no des todo a tus hijos!, dice Stamateas, la fórmula curiosidad + frustración + esfuerzo lleva al éxito. La incomodidad nos hace avanzar.
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