¿Qué pasaría si viajases hasta el borde del universo y asomases la cabeza?, ¿dónde estarías si no estabas ya en el universo? y ¿qué verías más allá? “La respuesta, contesta el divulgador científico Bill Bryson, es decepcionante, nunca podremos llegar hasta el borde del universo. La razón no es que te llevaría demasiado tiempo alcanzarlo, sino que aunque viajases y viajases hacia fuera en línea recta, indefinida y obstinadamente, nunca verías una frontera exterior. En vez de eso, volverías adonde empezaste. El motivo de esto es que, de acuerdo con la teoría de la relatividad de Einstein, el universo se alabea de una forma que no somos capaces de concebir apropiadamente. El espacio se curva de un modo que le permite no tener límites pero ser al mismo tiempo finito”. Ni siquiera podemos decir propiamente que se esté expandiendo, porque, como indica el físico y premio Nobel Steven Wenberg, “los sistemas solares y las galaxias no se están expandiendo, y el espacio no se está expandiendo”. Lo que sucede es más bien que las galaxias se apartan unas de otras. Todo eso es una especie de desafío a la intuición. O como dijo el biólogo J. B. S. Haldane: “El universo no sólo es más raro de lo que suponemos. Es más raro de lo que podemos suponer”.
Al ser el espacio tan espacioso, se considera que la distancia media entre dos posibles civilizaciones pensantes es, como mínimo, de doscientos años luz.“En el caso de que existieran otros seres inteligentes en el universo y esos seres supiesen que estamos aquí y fueran de algún modo capaces de vernos con sus telescopios, lo que verían sería la luz que abandonó la Tierra hace doscientos años. Están viendo la Revolución francesa, a Thomas Jefferson y a gente con medias de seda y pelucas empolvadas. Doscientos años luz es una distancia tan alejada de nosotros como para quedar fuera de nuestro alcance", dice Bill Bryson. Así que, aunque no estemos solos, desde un punto de vista práctico si lo estamos.
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