Una niña adolescente de cada tres en las familias más pobres del mundo nunca fue a la escuela, revela un estudio de Unicef "Abordar la crisis de educación: una necesidad urgente de financiar mejor la educación de los niños más pobres”. La investigación fue realizada sobre 42 países, y manifiesta que el 44% de las niñas y el 34% de los niños pertenecientes al 20% de las familias más pobres nunca asistió o bien abandonó la escuela primaria.
"La pobreza educativa condiciona toda la vida de los niños y adolescentes; invertir en la calidad de la educación significa afrontar las causas de la pobreza desde la raíz", explica Francesco Samengo, presidente de Unicef Italia. "Pobreza, discriminación por sexo, discapacidad, origen étnico o lengua de enseñanza, distancia física de las escuelas y falta de infraestructuras son algunos de los obstáculos que privan a los niños más pobres del acceso a una educación de calidad", advierte el informe. "La exclusión en cada paso hacia la educación no hace más que perpetuar la situación de pobreza, y es una de las principales causas de una crisis global del aprendizaje que estamos viviendo".
Las mayores desigualdades del gasto en educación se produce en diez países de Africa, con cuatro veces más fondos asignados a los niños más ricos en comparación con los más pobres. En Guinea y República Centroafricana, países con algunas de las tasas más altas del mundo de niños sin escolarizar, los niños más ricos se benefician hasta nueve y seis veces más, respectivamente, de la cantidad de fondos públicos para educación que los niños más pobres.
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