Incendio del Reichstag |
Hitler temía que hubiese una reacción violenta si conseguía un decreto que ilegalizase al Partido Comunista. En vez de eso trató como delincuentes a comunistas individuales que habían planeado actos ilegales e iban a pagar ahora las consecuencias. De ese modo se podía conseguir que la mayoría de los alemanes tolerasen e incluso apoyasen la oleada de detenciones que siguió al incendio del Reichstag y que no temiesen que se ilegalizase a continuación los otros partidos políticos. Fue por esa razón por lo que pudo presentarse el Partido Comunista a las elecciones del 5 de marzo de 1933, pese al hecho de que gran número de sus candidatos estaban detenidos o habían huido del país, y no hubiese la menor posibilidad de que los 81 diputados que resultaron elegidos pudiesen llegar a ocupar sus escaños; de hecho, fueron detenidos en cuanto la policía consiguió localizarlos.
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