martes, 11 de marzo de 2025

El abismo llama al abismo

Sola estaba Eva en el Paraíso cuando se atrevió a dialogar con el Tentador, así como solo estaba Judas cuando se desesperó en la noche de la Pasión. Con clara razón concluye san Pablo en su carta a los Corintios que “la tristeza del mundo produce la muerte”. Las contradicciones forman parte de la vida, pero ¡qué mal haríamos si las afrontáramos exclusivamente por nuestra cuenta! Ante esa lucha, puede surgir la tristeza, y la tristeza arrastra consigo hacia el pesimismo, alejándonos así de Dios y de nuestros hermanos. “El abismo llama al abismo”, dice la Sagrada Escritura (Sal, 42:8.).

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