El 27 de octubre de 2022, Elon Musk compró Twitter. Uno de los motivos por los que compro Twitter fue “su misión”.A medida que se desarrollaba la crisis del covid y por el desgarro que supuso para él el cambio de género de su hijo Xavier, en Musk empezó a despertarse un odio visceral a la cultura woke, a la que achaca el grave descenso de la libertad de expresión. Pensaba, con razón, como revelaron después los Archivos de Twitter, que la compañía estaba extralimitándose en la aplicación de sus condiciones de uso para censurar discursos conservadores. Le molestaba sobre todo la suspensión de cuentas de interés público como la de Donald Trump y Jordan Peterson.
Aunque luego Musk ejecutó algunas de las prácticas que pretendía eliminar de la red social y comprobó el precario equilibrio entre libertad de expresión y los discursos de odio, lo cierto es que se ve a sí mismo como un superhéroe y la compra de Twitter formaba parte de su plan para salvar a la humanidad.Este anecdotario procede de la biografía Elon Musk, escrita por Walter Isaacson. A lo largo de los años, Musk ha enunciado al menos cuatro misiones que se ha autoimpuesto; preservar la libertad de expresión, desarrollar un ejército de inteligencias artificiales bondadosas que defiendan a los humanos de las inteligencias artificiales malignas, revertir el cambio climático reduciendo el uso de combustibles fósiles y convertir a la humanidad en una especie interplanetaria. Como el superhéroe de la ficción, Elon Musk también quiere salvar al mundo.
Aunque luego Musk ejecutó algunas de las prácticas que pretendía eliminar de la red social y comprobó el precario equilibrio entre libertad de expresión y los discursos de odio, lo cierto es que se ve a sí mismo como un superhéroe y la compra de Twitter formaba parte de su plan para salvar a la humanidad.Este anecdotario procede de la biografía Elon Musk, escrita por Walter Isaacson. A lo largo de los años, Musk ha enunciado al menos cuatro misiones que se ha autoimpuesto; preservar la libertad de expresión, desarrollar un ejército de inteligencias artificiales bondadosas que defiendan a los humanos de las inteligencias artificiales malignas, revertir el cambio climático reduciendo el uso de combustibles fósiles y convertir a la humanidad en una especie interplanetaria. Como el superhéroe de la ficción, Elon Musk también quiere salvar al mundo.
En la carrera por una inteligencia artificial quiere producir una mente autónoma, que nadie ha podido crear, y de cuya mera posibilidad muchos expertos dudan seriamente, Musk tiene una máxima que aprendió de Asimov, quien desarrolle una inteligencia general tiene que asegurar su alineación. La alineación es el concepto que se usa en el mundillo para expresar la idea de que los robots han de estar programados para perseguir los intereses humanos y estar siempre sujetos a su voluntad. Para lograrla, Musk creó en 2016 Neuralink, una empresa de IA que desarrolla interfaces cerebro-máquina, es decir, chips implantables en el cerebro desde los que se pueda dirigir a los robots sin que medie una pantalla.Entre otros logros, Neuralink ha conseguido que un mono juegue a un videojuego con el cerebro, sin usar el joystick. En una reunión, Musk comentó que aquello solo les había proporcionado millones de visitas en YouTube pero muy poco impacto real en el mundo, y alentó a sus neurocientíficos a investigar otras aplicaciones más útiles. En la actualidad, los objetivos que persiguen son permitir a una persona con una parálisis total utilizar su móvil u ordenador con el cerebro, curar ciertos tipos de parálisis de las piernas y devolver la vista a personas con algunas discapacidades específicas. Además, Neuralink está desarrollando a Optimus, un robot humanoide que resuelva tareas cotidianas, y también a Dojo, un superordenador capaz de usar millones de vídeos para entrenar una red neuronal artificial que simule un cerebro humano. Musk confía en unificar estos proyectos. Cree que está mucho más cerca de lograrlo que cualquier otro competidor.
Musk piensa que el invierno demográfico en Occidente es uno de los problemas más graves de la civilización. Le parece una deserción que las personas inteligentes no tengan hijos y anima a sus amigos a hacerlo.
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