Los efectos epigenéticos pueden explicar de qué modo diversas experiencias traumáticas dejan su marca sobre el comportamiento humano y hacen que los adultos tengan más posibilidades de deprimirse e incluso de suicidarse. Un equipo dirigido por Moshe Szyf, de la Universidad McGill, estudió el ADN del cerebro de 13 suicidas de sexo masculino y observó que, mientras que las secuencias genéticas eran normales, la programación epigenética era distinta de la hallada en el cerebro de hombres que habían fallecido por otras causas. Todos los suicidas evaluados en este estudio habían sufrido abusos durante su niñez, lo que podría haber sido el desencadenante de este cambio epigenético.
No hay comentarios:
Publicar un comentario