Pekín estableció más de 100 estaciones de policía en todo el mundo para supervisar y repatriar a ciudadanos chinos que viven en el exilio y son disidentes, utilizando acuerdos de seguridad bilaterales con países de Europa y Africa. Así lo afirmaron los activistas de la ONG Safeguard Defensers, en un reportaje con la cadena estadounidense CNN.Ya en septiembre, la ONG de derechos humanos había revelado la presencia de decenas de "estaciones de servicio" de la policía china en el extranjero.
El informe destaca que se han descubierto otras estaciones, y el total ya supera las 100, en al menos 53 países, y se centra en la vasta red creada por Pekín en todo el mundo, aprovechando acuerdos bilaterales con varias naciones europeas."Vemos un aumento en los intentos de tomar medidas enérgicas contra la disidencia en todo el mundo, amenazar a las personas, acosarlas, asegurarnos de que tengan el miedo suficiente para permanecer en silencio o correr el riesgo de ser enviadas de regreso a China en contra de su voluntad", dijo Laura Harth, directora de Safeguard Defenders. La dirigente cita en particular el caso de un ciudadano chino obligado a regresar a su hogar por agentes que trabajaban encubiertos en un suburbio de París, reclutados expresamente para este fin, y de otros dos exiliados devueltos forzosamente desde Serbia y España.
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