Los chinos del extranjero tienen muchas más posibilidades que los occidentales o los japoneses de hacer negocios en China. En China, la confianza y el compromiso dependen de las relaciones personales, no de contratos, leyes u otros documentos legales. A los hombres de negocios occidentales les resulta más fácil hacer negocios en la India que en China, donde la inviolabilidad de un acuerdo descansa en la relación personal entre las partes. China, se ha beneficiado de una red sin fronteras de comerciantes chinos en Hong Kong, Taiwán y el sudeste asiático. Los chinos del extranjero, admitía un hombre de negocios norteamericano, “cuentan con la habilidad empresarial y cuentan con la lengua, todo ello combinado con la red de bambú, que abarca desde relaciones familiares a contactos. Ésa es una ventaja enorme sobre alguien que debe rendir cuentas a un consejo de administración en Akron o Filadelfia”. Las ventajas de los chinos no continentales a la hora de negociar con los continentales fueron puestas de manifiesto por Lee Kuan Yew: “Somos de etnia china. Compartimos ciertas características a través de nuestra ascendencia y cultura comunes… La gente siente una empatía natural por quienes comparten sus atributos físicos. Esta sensación de cercanía se ve reforzada cuando compartimos también una base cultural y lingüística. Favorece el entendimiento fácil y la confianza, que es el fundamento de toda relación empresarial”. En el mundo sínico, lo mismo que en otros lugares, la coincidencia cultural fomenta el compromiso económico, escribe escribe Samuel Phillips Huntington que fue profesor de Ciencias Políticas en el Eaton College y Director del Instituto John M. Olin de Estudios Estratégicos de la Universidad de Harvard
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