Tanzania. |
Cuando se remueve el pasado, el mal no está siempre donde se dice, el bien no está siempre donde se cree.
El otro día vi en un canal de televisión temático una critica feroz con respecto al colonialismo ejercido por los países europeos en Africa, pero la verdad puede ser bastante distinta.
Por ejemplo en Francia los empresarios y los financieros consideran inútil el mercado colonial, al cargar de deudas a la economía francesa, haciéndole acumular retraso con respecto a sus competidores y socios europeos. El abandono del imperio, hacia 1.960, corresponde por otra parte a la construcción de Europa y al desarrollo del consumo en Francia. La inversión pública, liberada de la carga africana, se dirige hacia las grandes obras de equipamiento (autopistas, nuclear, etc.). Dos años después de las independencias, la metrópoli ha olvidado el imperio. En las ex colonias, ocurre lo contrario: empiezan las dificultades. “Es la historia de un divorcio”, comenta Jacques Marseille. “La metrópoli es el divorciado alegre; el divorciado desgraciado son las colonias”. Esta demostración rigurosa echa por tierra el argumento según el cual se saquearon las colonias.
colonos en Africa. |
¿Quién puede negar que la situación de los africanos de 1.960 era más envidiable que la de sus antepasados de 1.860? Basta con imaginar lo que hubiera sido el continente negro en el siglo XX si no hubiese tenido lugar la colonización. ¿Poseía África por sí misma las fuerzas necesarias para acceder al progreso político, técnico, sanitario o escolar?
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