Sanchez e Iglesias. |
Con la experiencia de los últimos meses sería bueno recordar al PSOE que Lenin decía que el verdadero enemigo no era el capitalista, sino el socialista que establece acuerdos y compromisos.
El sistema comunista no tolera ningún tipo de crítica. La táctica comunista prescribe que a las personas no comunistas que pueden ser útiles para el régimen en algún terreno, hay que comprometerlas, es decir, hay que seducirlas, engañarlas y arrojarles algún hueso, y a continuación utilizarlas mientras sean necesarias. O bien hay que atemorizarlas y encarrilarlas hacia el rebaño de los sumisos mamelucos que trabajan sin rechistar. Si no se muestran dóciles, esas personas deben ser arrojadas a los calabozos de la aniquilación social.
Hemos podido comprobar como “Podemos” no necesita adeptos idealistas y entusiastas que se desilusionan con facilidad porque la realidad los desengaña, sino que simplemente castiga, de forma institucional, a todos los que se plantean la realidad de una manera distinta a como la exige y ejecuta el Partido.
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