Me preguntan si puedo explicar que es Anónymous.
Pues bien, Anónymous no es una organización, ni una asociación, ni siguiera un grupo estructurado. Es una dinámica. Una corriente de pensamiento que fluye por la red y en la que un número indeterminado de individuos, sin un rango, liderazgo o mando mayor que los demás, se dejan arrastrar para una acción determinada. Nunca los mismos ni por la misma razón. Una legión que no olvida, ni perdona, pero que funciona en sintonía con una idea, no con una junta directiva.
Desde su aparición el fenómeno Anónymous se extendió por la red como un gusano que se replica a sí mismo, llegando hasta los últimos rincones del planeta que dispusiesen de una conexión a internet.
El ataque a la Iglesia de la Cienciología, que comenzó como una simple troleada, descubrió a los internautas que juntos, coordinándose en una acción puntual, tenían un poder del que no disponía ningún individuo. Y desde ese instante fueron las causas las que condicionaron la acción. No la orden de una cúpula de mando. La lucha contra la pedofilia, el apoyo a Wikileaks, o el ataque a los secretos de los gobiernos son causas que enseguida encontraron aliados en las redes, dispuestos a sumarse. De forma espontánea, sin afiliarse a ningún partido, organización o asociación.
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