miércoles, 25 de mayo de 2016

En ningún otro período de la historia tan pocas instituciones han tenido tanto poder económico sobre la vida de tantas personas.

Antes de julio de 2.008, el barril de petróleo alcanzó el precio récord de 147 dólares en los mercados mundiales y también llegó a su punto máximo la concentración de poder económico en manos de un pequeño número de empresas de cada sector. 
Hoy, en el ocaso de la era de los combustibles fósiles, la industria petrolera sigue siendo la más concentrada del mundo, seguida muy de cerca por la industria de las telecomunicaciones y la dedicada a generar y distribuir electricidad. Prácticamente todos los sectores que dependen de los combustibles fósiles y las telecomunicaciones exigen enormes desembolsos de capital para lograr una integración vertical y una economía de escala que les permitan recuperar las inversiones, por lo que se ven obligadas a dirigir sus actividades mediante procesos de control muy racionalizados.

Tres de las cuatro mayores sociedades anónimas del mundo son petroleras (Royal Dutch Shell, Exxon Mobil y BP). Por debajo de ellas hay diez bancos (JP Morgan Chase, Goldman Sachs, BOA Merrill Lynch, Morgan Stanley, Citigroup, Deutsche Bank, Credit Suisse, Barclays Capital, UBS y Wells Fargo Securities) que controlan casi el 60% del mercado mundial de inversiones. 

Por debajo de estos bancos hay 500 empresas que cotizan en todo el mundo,con unos ingresos combinados de 22,5 billones de dólares, equivalentes a la tercera parte del PIB mundial, cuya supervivencia depende de la energía obtenida de combustibles fósiles, de las telecomunicaciones globales y de la red eléctrica mundial.


Cinco grandes grupos mediáticos (News Corp., Google, Garnett, Yahoo y Viacom) controlan el 54% de los medios de comunicación estadounidenses. 

En ningún otro período de la historia tan pocas instituciones han tenido tanto poder económico sobre la vida de tantas personas.


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