España ha pasado de ser el país europeo con mayor tasa de natalidad en 1.975 a ser el país con menor tasa de natalidad del mundo, sin que hoy en España la mayor parte de la población se plantee que el hecho de tener hijos es bueno.

Vivimos,dice el juez Francisco Guerrero, en una sociedad hedonista, en la que cada vez los jóvenes se crean más necesidades que han de ver cubiertas para alcanzar su independencia; una sociedad que vive un crisis económica y de valores, en la que cada vez se tienen menos hijos y más tarde.
En este desolador panorama irrumpen los postulados de una ideología que defiende el aborto libre, que entienden las relaciones de pareja como un ámbito de lucha y de dominación, y la maternidad como una de sus consecuencias. El resultado de esos planteamientos, es que España se está convirtiendo en un país de viejos, en el que nuestro mayor problema no es que no habrá dinero para pagar las pensiones de jubilación sino que no habrá población activa, recambio generacional, que las pague.
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