José Ortega y Gasset |
El malestar y el desgarramiento con que Ortega vivió una guerra civil en la que, a su juicio, la intelectualidad europea embelleció a la República por razones ideológicas, sin tomar en cuenta los atropellos y excesos antidemocráticos que también se cometieron en su seno. Por eso, Ortega no podía ni quería tomar partido por uno de los bandos hostiles, sobre todo desde que llegó a la conclusión de que la pugna no era tanto entre la República democrática y el fascismo sino entre éste y los comunistas, alternativa que Ortega rechazaba por igual, cuenta Mario Vargas Llosa. Sin embargo, es verdad que, sin hacerlo público, a través de su correspondencia y testimonios de gente próxima a él, parece evidente que llegó a creer en un momento dado que Franco y los “nacionales” representaban el mal menor.
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