Julieta y Romeo quieren infringir las leyes inexorables de los parientes y del odio, pero no odian a sus padres. El amor tiende a separar la ley de la persona; quiere instaurar otras leyes, otras normas, no quiere suprimir las personas, quiere amarlas. Pero las leyes hablan a través de las personas, éstas encarnan las antiguas leyes y se oponen al nuevo derecho. No se puede infringir la ley sin pasar sobre las personas que la encarnan, éste es el dilema, escribe el profesor Francesco Alberoni.
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