Entre las infinitas cosas en común que tienen cristianos y musulmanes están los idénticos puntos de vista sobre el aborto, la homosexualidad, el matrimonio, etcétera. Pero en el caso del respeto a la familia, los árabes nos aventajan mucho a los occidentales. En los países árabes, por ejemplo, existen muy pocos asilos de ancianos. Para los musulmanes resulta inconcebible que un hijo pueda encerrar a sus padres o abuelos, a los que debe su vida, en una residencia.
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