La primera Gran Logia Masónica se constituyó el 24 de junio del año 1717, cuando cuatro logias londinenses se reunieron en la taberna Goose and Gridiron y formaron la Gran Logia de Londres y Westminster. Cuenta el profesor Ricardo de la Cierva que la obediencia masónica más importante ha sido y sigue siendo la constelación dependiente de la Gran Logia de Inglaterra, emanada de la Gran Logia de Londres, en la que se fundó la masonería especulativa. Cuando Walton Hannah publicó su libro en 1952, ofrecía datos que nos permiten atribuir hoy a la constelación de la Gran Logia de Inglaterra unos siete millones de miembros en todo el mundo, agrupados en unas diez mil logias registradas, que se hallan en crecimiento constante. Como los masones suelen reclutarse entre los sectores más influyentes de la sociedad, puede deducirse de esas cifras el enorme influjo de la masonería de inspiración británica en todo Occidente porque, como es sabido, la solidaridad masónica, que es innegable, no se refiere sólo a la caridad y ayuda mutua material entre los miembros de la Orden sino también al intento de penetrar y, en lo posible, controlar los cargos y posiciones más importantes en la vida política social, económica, informativa y cultural.
Añade Ricardo de la Cierva que el horizonte perenne de todas las ramas y obediencias masónicas ha sido, desde el siglo XVIII hasta hoy, la secularización, es decir, el combate para arrebatar su influencia social a la Iglesia, sobre todo a la Iglesia católica.
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