Quienes poseen bienes materiales en abundancia han de utilizarlos en servicio de los demás hombres. A este respecto, la Iglesia católica enseña que “tienen la obligación moral de no mantener capitales improductivos y, en las inversiones, mirar ante todo el bien común. El derecho a la propiedad privada no es concebible sin unos deberes con miras al bien común. Está subordinado al principio superior del destino universal de los bienes” (Cong.Doctrina de la Fe,Libertatis conscientia).
No hay comentarios:
Publicar un comentario