Katrine Marçal, escritora y periodista sueca, apunta que la pobreza se ha convertido en un tema femenino, y la búsqueda de una existencia mejor supone para millones de mujeres una vida muy lejos de casa, a menudo lejos de sus hijos, ya sea cuidando de los de otras a cambio de una remuneración, o bien como limpiadora, camarera, peón de fábrica, trabajadora agrícola, trabajadora sexual, o lo que sea, dentro de la economía mundial sumergida.
La economía mundial ha reunido a la mujer occidental con sus hermanas menos privilegiadas del Sur y de Oriente. Hoy en día, a menudo viven bajo el mismo techo, pero no en el mismo mundo. Se reúnen en calidad de empleadora y trabajadora. Señoras y criadas. Cada año mueren cerca de medio millón de mujeres al dar a luz. La mayoría habrían sobrevivido si hubieran tenido asistencia sanitaria.
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