Antes del cierre de la frontera en 2020, más de mil refugiados norcoreanos llegaban a Corea del Sur cada año, pero desde ese entonces, solo se conocen unos pocos casos de personas que hayan llegado a salvo al sur. Imágenes satelitales, analizadas por la ONG Human Rights Watch, muestran que las autoridades han pasado gran parte de los últimos tres años construyendo múltiples murallas, vallas y puestos de guardia para fortificar la frontera, haciendo que escapar sea casi imposible. Mediante la represión del contrabando y de las conexiones de la gente con el mundo exterior, el estado está quitándoles a los ciudadanos la habilidad de velar por sí mismos, dice Hanna Song, de la ONG North Korean Database Centre for Human Rights (NKDB). "En un momento en el que la comida ya está escaseando, el gobierno tiene que ser completamente consciente del daño que esto va a causar”. Cuando Kim Jong-un selló las fronteras de una manera tan extrema, sorprendió a la comunidad internacional. Corea del Norte es uno de los países más sancionados del mundo, dado su interés en desarrollar armas nucleares. Se le tiene prohibido vender recursos en el exterior e importar el combustible que necesita para funcionar.
El Acta de Rechazo a la Ideología y Cultura Reaccionaria se aprobó en diciembre de 2020. Bajo esta ley, aquellos que introduzcan vídeos extranjeros en el país y los distribuyan podrían ser ejecutados.Simplemente ver los vídeos puede acarrear hasta 10 años de prisión. El propósito de la ley, según una copia del texto a la que tuvo acceso la organización Daily NK, es evitar que se esparza "una ideología podrida que vuelva a nuestra sociedad depravada".Se cree que lo que más teme Kim Jong-un es que su propio pueblo conozca sobre el libre y próspero mundo que existe afuera de sus fronteras, y que se despierten de las mentiras que se les venden. Para hacer cumplir la ley, el gobierno ha creado grupos que van por ahí reprimiendo "despiadadamente" cualquier cosa que consideren anti-socialista. "La gente no confía en los otros. El miedo es grande”. "Si las personas no confían los unos en los otros, no tiene sentido empezar una resistencia", dice Andrei Lankov, que ha estudiado Corea del Norte por 40 años. "Lo que quiere decir es que Corea del Norte puede estabilizarse y durar así años, o incluso décadas".
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