domingo, 12 de abril de 2020

Este es el mejor mundo posible

Gottfried Wilhelm Leibniz


Gottfried Wilhelm Leibniz escribe que tenemos que suponer que en la mente divina se encuentran todas las esencias y mundos posibles, y que de esas esencias posibles Dios “elige” las mejores para venir a la existencia, con lo cual este mundo es el mejor de los posibles. No era metafísicamente necesario que Él eligiera el mejor de los mundos posibles, pero sí moralmente necesario que un ser perfecto obrase en vistas a lo mejor. Dios, por tanto, tiene una razón suficiente para crear el mejor de los mundos posibles, el principio de perfección. De esta manera, queda Dios justificado también ante el problema del mal en el mundo. Con este motivo escribe su Teodicea (de 1710). Con voluntad antecedente, Dios quiere el bien, mientras que con voluntad consecuente quiere lo mejor y, por lo tanto, tiene que permitir el mal aunque no lo quiera. De cualquier forma, si éste es el mejor mundo posible, es en el que menos mal coexiste, según expone Leibniz.  



Para Dios, dice Leibniz, la decisión de Julio César de cruzar el Rubicon estaba contenida en la noción del sujeto, es decir, que puede deducir a priori que César cruzaría el Rubicon. En cambio, nosotros, para hacer una tal deducción, deberíamos conocer perfectamente no sólo a César, sino también a todo el universo del que forma parte César, algo imposible porque requeriría un análisis infinito. En último término, la razón suficiente de cualquier verdad de hecho, como la resolución de Julio César de cruzar el Rubicon, hay que buscarla en Dios, pues sólo Él puede tener una idea completa y perfecta de la individualidad del general romano. 

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