Stalin trató de eliminar físicamente a los ucranianos más activos y comprometidos, tanto en las zonas rurales como en las urbanas. Entendía las consecuencias de la hambruna y de la oleada simultánea de arrestos en masa mientras estaban teniendo lugar en Ucrania, y también lo hacían las personas de su círculo más cercano, incluidos los líderes comunistas ucranianos. En aquel momento no existía ninguna palabra para describir el ataque organizado por el Estado contra un grupo étnico o una nación, y no había ninguna ley internacional que lo definiera como un tipo de crimen específico, escribe Anne Applebaum. Pero en cuanto empezó a utilizarse el término “genocidio” a finales de la década de 1940, muchos trataron de aplicarlo a la hambruna de Ucrania y a las purgas que la acompañaron. Los orígenes del concepto se encuentran en Ucrania, específicamente en la ciudad polaca-judía-ucraniana de Leópolis. Raphael Lemkin, el jurista que acuñó el término, combinando la palabra griega genos, que significa raza o nación, con la latina cidio, que significa asesinato.
Raphael Lemkin |
Lemkin escribió en su autobiografía que la historia de su región y las intensas emociones que la azotaron durante la Primera Guerra Mundial lo habían llevado a pensar en el genocidio. “Empecé a leer más sobre historia para estudiar si también se estaban destruyendo otros grupos nacionales, religiosos o raciales”, escribió. En particular, el ataque de los turcos contra los armenios, “a los que asesinaron por la simple razón de ser cristianos”, lo condujo a pensar con mayor profundidad en el derecho internacional y a preguntarse cómo podía utilizarse para evitar semejantes tragedias. La invasión nazi de Varsovia en 1939 hizo que su trabajo se volviera más perentorio, pues enseguida comprendió que conllevaría un ataque contra los judíos como grupo, y que sucedería lo mismo con otros. Acabó articulando su punto de vista en El dominio del Eje en la Europa ocupada. Leyes de ocupación, análisis de la administración gubernamental, propuestas de reparaciones, un libro que publicó en Estados Unidos en 1944, tras huir de la Polonia ocupada. En él, Lemkin definía la palabra genocidio no como un único acto, sino como todo un proceso. Hablando en términos generales, el genocidio no significa en rigor la destrucción inmediata de una nación, excepto cuando se la lleva a cabo a través del asesinato masivo de todos los miembros de un país. Debiera más bien comprenderse como un plan coordinado de diferentes acciones cuyo objetivo es la destrucción de las bases esenciales de la vida de grupos de ciudadanos, con el propósito de aniquilar a los grupos mismos. En El dominio del Eje Lemkin también hablaba sobre los diferentes tipos de genocidio: político, social, cultural, económico, biológico y físico. Por otro lado, en un resumen de la historia del genocidio que no acabó ni publicó, enumeraba asimismo las técnicas que se podían emplear para cometer este tipo de exterminio, e incluyó entre ellas la profanación de símbolos culturales y la destrucción de centros de cultura como iglesias y escuelas.
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