Monumento a Julio Camba en Arosa |
Para el escritor Julio Camba el hecho de abrir los ojos cada mañana en Francia es un acontecimiento feliz. No importa que no se tenga dinero. Vivir en París tiene el mismo rango que “ir en automóvil, recitar versos o comer callos a la andaluza”. A pesar de este entusiasmo por la dulce Francia, de vez en cuando a don Julio se le escapa el mal humor: “Francia es una falsificación. No tiene carácter. No tiene más que el nombre. La mayor parte de la música francesa no es francesa, ni la mayoría de los parisienses es parisiense. Francia es como el champaña: alegre, ruidosa, brillante, petulante y artificial”.
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