Joseph E. Stiglitz, economista estadounidense y miembro de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras española dice que “ninguna economía grande, y Europa es una gran economía, ha conseguido salir de una crisis al tiempo que imponía austeridad. La austeridad, de forma inevitable y predecible, siempre empeora las cosas. Los únicos ejemplos donde el rigor fiscal ha ido acompañado de una recuperación se han dado en países pequeños, habitualmente con unos tipos de cambio flexibles, y cuyos socios comerciales crecían con solidez, de forma que las exportaciones llenaron el vacío creado por los recortes en el gasto público. Pero esa no es en absoluto la situación a la que se enfrenta España hoy en día. Sus principales socios comerciales están en recesión, y el país no tiene poder de decisión sobre su tipo de cambio. Los líderes europeos han reconocido que los problemas no se resolverán sin crecimiento. Pero no han conseguido explicar la forma de conseguir crecimiento con austeridad. De forma que también ellos proclaman que lo que hace falta es restablecer la confianza. La austeridad no genera ni crecimiento ni confianza. Las políticas fallidas de los últimos años por parte de Europa, a base de intentar poner parches de forma reiterada, errando en el diagnóstico de los problemas de Europa, han socavado la confianza. Como la austeridad ha acabado con el crecimiento, también ha destruido la confianza, y seguirá haciéndolo, independientemente de los muchos discursos que se pronuncien acerca de la importancia de la confianza y del crecimiento. Las medidas de austeridad han sido particularmente ineficaces, porque el mercado se daba cuenta que iban a traer consigo recesiones, inestabilidad política, y unas decepcionantes mejoras en la situación fiscal, a medida que disminuyeran los ingresos fiscales”.
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