“China está renaciendo y no va a desaparecer. No son nuestros amigos ni tampoco nuestros enemigos. Son nuestros competidores”. Barack Obama, hablando en abril de 2007. Desde entonces, los derechos humanos no han mejorado en China, pero su economía ha crecido y crecido, y grandes cantidades de bienes que antes se manufacturaban en Europa y América del Norte ahora se fabrican en China. Una consecuencia de este crecimiento es que China, para obtener cada vez más recursos naturales
para sus industrias y para satisfacer el número creciente de demandas de consumo de su población, ha establecido una presencia cada vez más notable en zonas como África. Muchos negocios occidentales están en parte en manos de empresas chinas, y el gobierno chino es propietario de cientos de miles de millones de dólares de bonos del Tesoro de EE. UU., ayudando a financiar el presupuesto y el déficit comercial americanos.
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