|
Epica caballeresca |
La novela, un género realista y objetivo por naturaleza, aunque el camino hasta llegar a la forma bajo la que hoy la conocemos, y que estos artistas consagraron, hubiese sido largo. Desde la Edad Media (en la épica caballeresca se encuentran sus orígenes) hasta el siglo XVII, el género había sido entendido como simple sucesión de relatos a veces inconexos y en los cuales sólo había de narrativo la intención de contar. A principios del XVII, sin embargo, Cervantes puso las bases de la novela moderna
con El Quijote,un libro malinterpretado en su época y cuya maestría no tardaron en reconocer, desarrollar y aprovechar los novelistas ingleses del XVIII, a quienes podemos señalar como efectivos creadores del género según hoy lo entendemos; seguían existiendo en Europa, con todo, gran número de novelistas que insistían en aprovechar la técnica episódica y en acumular relatos no pocas veces mal ensamblados entre sí.
Sólo la novela amorosa prerromántica supo dar, entre el
|
Tolstói |
XVIII y el XIX, con la respuesta a las necesidades que el género exigía: el psicologismo; con la aparición del análisis psicológico en la narración y, sobre todo, con su articulación en torno a un conflicto anímico, la novela había encontrado la clave con la cual encarar la contemporaneidad, escribe Eduardo Iáñez. La narrativa se convierte de este modo en el género por excelencia del mundo contemporáneo, pues, al hacer del individuo y su estudio el centro del universo literario, estaba respondiendo inequívocamente a las demandas de una sociedad burguesa que veía en aquél su fundamento. Cuando, además, los maestros de la novelística del XIX comprendan que el psicologismo debe ser siempre conflictivo (pues los intereses de la sociedad chocan con los del individuo, y viceversa), añade Iáñez, se habrá dado el primer paso para entrar en una épica del mundo contemporáneo; se habrá incorporado a la novela una visión dialéctica de la realidad en la cual tendrá mucho que decir el
|
Benito Pérez Galdós |
materialismo histórico marxista. En las obras de Balzac y Flaubert, de Tolstói y Dostoievski, de Eça de Queirós, Galdós y Clarín, por citar sólo a algunos maestros de la novela decimonónica, puede ya adivinarse, en mayor grado en unos que en otros, la posibilidad de una novela social, la búsqueda por medio del arte narrativo no ya de una verdad interior, sino de una verdad social que traduzca las necesidades de toda una época.
|
Marcel Proust |
Algunos novelistas intentaron conseguir una obra total, que apretase en sí toda la riqueza y la complejidad de la realidad, haciendo posible un tipo de novela cuyo remate habría de estar en el siglo XX, cuando el género ensanche sus límites en su intento de comprensión totalizadora del mundo. A ella comienzan a responder en buena medida los ambiciosos cuadros sociales de Dickens, Balzac o, en nuestro país, de Galdós; y a ella aspira igualmente Marcel Proust, el último novelista del XIX, epígono del Romanticismo y fundador de la novela de nuestro siglo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario