martes, 14 de marzo de 2017

El presidente Erdogan ha abandonado el modelo laico kemalista.

El presidente Erdogan ha abandonado el modelo laico kemalista, basado en una estrechísima alianza con la OTAN y con Europa a nivel militar y político; ha recuperado el mito nacionalista otomano del panduranesismo entre Oriente Medio y Asia y está desmantelando poco a poco el sistema de garantías democráticas  del estado de derechos en el país.  
A Turquía ya no le interesa ingresar a la Unión Europea y a través de la reforma constitucional de sello presidencialista, objeto del próximo referéndum, quiere navegar rumbo a una forma de gobierno de impronta autocrática y cada vez menos respetuosa de los pilares jurídicos de la democracia, es decir, de una separación de poderes y garantía inalienable de los derechos del ciudadano según el imperio de la ley.

Mas de 1600 militares expulsados del ejercito por la purga política contra ellos. 


El presidente Erdogan poco a poco ha ido sometiendo la autonomía de la magistratura al Poder Ejecutivo, y en virtud del “estado de excepción”, ha impuesto una draconiana y semipermanente suspensión de los derechos fundamentales, tanto civiles como políticos, de los ciudadanos. Así, simples medidas administrativas han llevado a la purga de más de 100.000 empleados estatales, presuntos reos de estar en connivencia con las fuerzas armadas golpistas, y al encarcelamiento de casi 50.000 ciudadanos.  

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