Alain Finkielkraut, miembro de la Academia Francesa, escribe que “vivimos en la hora de los feelings. Ya no existe verdad ni mentira, estereotipo ni invención, belleza ni fealdad, sino una paleta infinita de placeres, diferentes e iguales. La democracia que implicaba el acceso de todos a la cultura se define ahora por el derecho de cada cual a la cultura de su elección (o a denominar cultura su pulsión del momento). “Dejad que haga conmigo lo que yo quiera”; ninguna autoridad trascendente, histórica o simplemente mayoritaria puede modificar las preferencias del sujeto posmoderno o regir sus comportamientos. Dotado de un mando a distancia así en la vida como ante su aparato de televisión, compone su programa, con la mente serena, sin dejarse ya intimidar por las jerarquías tradicionales. Libre en el sentido de Nietszche cuando dice que dejar de avergonzarse de uno mismo es la señal de la libertad realizada, puede abandonarlo todo y entregarse gozosamente a la inmediatez de sus pasiones elementales. Su selección (trátese de Rimbaud o Renaud, Lévinas o Lavilliers) es automáticamente cultural.”
“La disolución de la cultura en el todo cultural no pone fin al pensamiento ni al arte. No hay que ceder a la lamentación nostálgica sobre la edad de oro en que las obras maestras se recogían a punta de pala. Antiguo como el resentimiento, este tópico acompaña, desde sus orígenes, la vida espiritual de la humanidad. El problema con que últimamente nos hemos tropezado es diferente, y más grave; las obras existen pero, tras haberse borrado la frontera entre la cultura y la diversión, ya no hay lugar para acogerlas y para conferirles sentido. Por consiguiente, flotan absurdamente en un espacio sin coordenadas ni referencias. Cuando el odio a la cultura pasa a ser a su vez cultural, la vida guiada por el intelecto pierde toda significación.”
“Ya no existen poetas malditos. Alérgica a cualquier forma de exclusión, la concepción preponderante de la cultura valoriza tanto a Shakespeare y Musil como el par de botas sublime y el caballo de carreras genial.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario