miércoles, 11 de diciembre de 2024

Azaña y la República abandonaron Cataluña a los nacionalistas catalanes

En las relaciones de Manuel Azaña con Cataluña, José María Marco sostiene que nadie llegó tan lejos como Azaña cuando, en 1930, admitió que habría que dejar ir en paz a Cataluña si algún día “quisiera remar sola en su barca”. Ya en el Gobierno, fue presidente del Consejo de Ministros y presidente de la Segunda República, la intención de no dejar pasar nada incompatible con la Constitución implicó que la Constitución acabara amoldándose al Estatuto nacionalista; la aparente posición de centro de Azaña no lo era en realidad y la balanza se inclinaba siempre del lado del nacionalismo. El profesor Marco escribe que “a cambio de sus votos, Azaña y la República abandonan Cataluña a los nacionalistas catalanes”.

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