Bautistas, pentecostales y luteranos libres y católicos romanos se han unido en un esfuerzo por aclarar una posición cristiana sobre el matrimonio, la “diversidad de género” y los derechos de los niños.En Noruega, la Iglesia Luterana de Noruega (Den Norske Kirke, a la que la mayoría de la población todavía pertenece de forma oficial), teológicamente liberal, casa a parejas homosexuales y ha incluido teologías LGBTQI y políticas de diversidad sexual, en la línea de las leyes aprobadas por los sucesivos gobiernos del país. En cambio, las organizaciones cristianas que defienden una visión histórica del matrimonio y la sexualidad han unido fuerzas con denominaciones para redactar una posición “basada en nuestra fe en la Biblia como Palabra de Dios, en el reconocimiento de las realidades biológicas y en el respeto a los derechos humanos de los niños”.
Es la biología la que confirma que “solo hay dos sexos biológicos”, algo que se confirma “en el momento de la concepción”. Por lo tanto, “la noción de que el género es una categoría subjetiva y que la identidad sexual y de género puede elegirse libremente sobre la base de sentimientos o preferencias, independientemente del sexo biológico, está basada en la ideología. No tiene ningún fundamento biológico o científico”, dice el texto.
Enseñar a los niños que podrían haber “nacido en el cuerpo equivocado” o que “el género es ‘fluido’” es “inmensamente problemático”, dicen estas organizaciones cristianas, ya que puede llevar a “confusión, inseguridad y decisiones destructivas en la vida”.El documento también aborda el debate en torno a la maternidad subrogada, afirmando que “tener hijos no es un derecho” per se de los adultos, y que “ni la madre ni el padre, ni la familia más amplia son superfluos o irrelevantes en la vida de un niño”.
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