El 23 de Febrero de 1981, Antonio Tejero Molina había entrado en el Congreso de Diputados. Los dirigentes del PNV y el gobierno vasco desaparecieron aquella noche y a muchos de ellos hubo que rescatarlos en alta mar, cuando huían en pesqueros a Francia como lo habían hecho sus antecesores en Junio y Agosto de 1937 desde Bilbao y Santander. Cuando una semana después los partidos políticos se manifestaron en toda España en contra del golpe, el PNV fue la única fuerza política que no salió a la calle. Lo que si hizo el PNV es tomar las medidas necesarias para que en el supuesto de un nuevo golpe militar no murieran ahogados en el mar Cantábrico. La red de refugios clandestinos revelan el doble juego del Partido Nacionalista Vasco, acostumbrado a combinar la política de salón con la de las alcantarillas con tal de conseguir romper la nación española.
Referencia:Los mitos del nacionalismo vasco de José Diaz Herrera
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