La salud y el mantenerse en buena forma física seguirá siendo esencial para los partidarios de la contracultura, incluso cuando sus cabellos empiecen a encanecer, y se negarán a adquirir todo tipo de producto que no contribuya a su bienestar físico, escribe William Meyers. Además de las bebidas carbónicas, los cafés y los tés descafeinados, habrá una gran variedad de cervezas bajas en alcohol. Los menús sin sal será la regla en vez de la excepción. La carne, especialmente la ternera y el buey, perderán popularidad. El pescado, las pastas y las verduras se harán muy populares. Los alimentos a base de semilla de soja serán más comunes y más sabrosos. Los instrumentos gimnásticos se venderán bien, pero la industria de los cigarrillos se verá en mayores dificultades, independiente de lo bajo de alquitrán que sean. La preocupación por el medio ambiente ganará en importancia.
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