El humor es de hecho una gran virtud espiritual que es signo de desprendimiento de las cosas materiales y al mismo tiempo, como muestra la raíz etimológica humus, una manifestación de humildad. La falta de sentido del humor es un síntoma alarmante que denota cómo se ha secado nuestra vida, manifiesta el periodista italiano Fabio Colagrande.
El humor, dice Colagrande, ayuda a desarrollar una sana autoironía y a saber sonreír amablemente ante nuestras debilidades. No debe convertirse en un sarcasmo destructivo, porque entonces sólo expresa negatividad. Puede ser una medicina porque ayuda a vivir con más ligereza. Puede ser una oportunidad para mirar el mundo desde una nueva perspectiva. Y luego creo que es necesario para aquellos que creen en lo trascendente y saben que lo visible es sólo una parte de nuestras vidas. Ayuda a restarle importancia y a centrarse en lo esencial.
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