Stanley Payne escribe que “el gran catalizador de los conflictos internos en Europa fue el cúmulo de consecuencias derivadas de la Primera Guerra Mundial. Durante la guerra, el Gobierno alemán desarrolló una estrategia atrevida y original para fomentar la subversión y la revolución en el interior de los países enemigos con el objetivo de derrocar el orden establecido en Rusia y socavar los imperios del Reino Unido y Francia. Así se consiguió excitar la llama de la yihad contra el tirano imperialista en los territorios musulmanes del Reino Unido, Francia y Rusia, con sabotajes internos en la industria armamentística, junto a un intento fallido de guerra biológica en el interior de Estados Unidos, o incitando a la rebelión y enviando armas a Irlanda, financiando secretamente a pacifistas y socialistas para subvertir al Ejército en Francia, fomentando la guerra de clases y el terrorismo en Barcelona para socavar la producción bélica española, que trabajaba para la Entente, y animando la violenta revolución en Rusia. Solo en este último país la política subversiva tuvo resultados efectivos. La Primera Guerra Mundial se diferenció de las guerras normales en que los dos bandos la entendieron como una guerra de ideales, y también por la insistencia en ambos lados en una victoria absoluta y total, un empeño bastante diferente al que había marcado los conflictos hasta aquel momento. La guerra duró tanto y fue tan destructiva,en sus efectos inmediatos y en sus consecuencias, que en buena parte de la Europa central y oriental se percibió como una especie de revolución. Puso fin a cuatro imperios en esas regiones, desató una revolución generalizada y una guerra civil en las tierras del imperio zarista….. Los daños colaterales fueron enormes, especialmente en el Imperio otomano, donde las limpiezas étnicas masivas de armenios se resolvieron aproximadamente con un millón de muertos. La “Gran Guerra” no acabó de resolver los problemas que la habían originado. Solo tuvo el efecto de permitir una tregua de veinte años, hasta que se desató una guerra aún más destructiva que aquella”.
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