Cada vez es más claro que el hundimiento de la natalidad y la mayor esperanza de vida están envejeciendo la población a ritmos insospechados, multiplicando las cargas sociales y sanitarias sobre el llamado Estado del Bienestar hasta hacerlo inviable. Muchos gobiernos optan entonces por facilitar la eliminación de población anciana, y en el caso británico el diario Telegraph sugiere que la forma de hacerlo es una coacción económica insoportable sobre los herederos del “beneficiario” de la ley del suicidio asistido.Actualmente, según el sistema inglés, las pensiones heredadas no inciden sobre el impuesto sobre la renta si el tenedor muere antes de los 75 años, pero sí en caso de que fallezca después de esa edad, lo que multiplica la carga fiscal. Según el experto en pensiones Andrew Tully, el tipo impositivo podría ascender hasta el 45%: "Por ejemplo, heredar 500.000 libras después de ese límite de edad podría suponer una factura fiscal de 225.000 libras, frente a cero en caso de que el tenedor muerta antes”. Además del impacto sobre el impuesto sobre la renta, está el impacto sobre el impuesto de sucesiones, que actualmente no se aplica a las pensiones en el Reino Unido. Esto, sin embargo, cambiará a partir de abril de 2027, según anunció la ministra de Hacienda, Rachel Reeves. Por lo cual, según calculan expertos para el Telegraph, algunos parientes podrían tener que pagar hasta un tipo del 91% por la pensión recibida.
”Se nos dice que no hay pruebas de coacción allí donde el suicidio asistido es posible, pero es que la gente no suele escribir cartas a sus pacientes enfermos instándoles a pensar en el suicidio asistido para luego ponerlas en el correo", ironizó Abbott: "En el contexto familiar, la coacción puede consistir no en lo que dices, sino en lo que no dices. La coacción es algo de lo que tal vez no haya pruebas materiales ni pueda verse".
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