El 90% de los padres dice que sabrían si su hija tuviera dificultades. Pero también admiten que, en realidad, no saben la diferencia entre si un hijo o hija está realmente mal o si simplemente tienen altibajos normales. De hecho, los padres no saben cuándo sus hijos tienen pensamientos suicidas. Una de las cosas más importantes que sabemos es que cuando nuestro hijo o hija puede hablarnos sobre cualquier cosa, sin importar cuán difícil sea, eso protege enormemente su salud mental.Un estudio de Johns Hopkins muestra que los jóvenes tienen 12 veces más probabilidades de progresar cuando pueden hablar con sus padres sobre cualquier cosa. Pero los jóvenes me dicen que tienen problemas para hablar con sus padres sobre estos factores estresantes. Les preocupa que sus padres no puedan manejar su angustia porque ya están de por sí muy estresados. Entonces, una de las cosas más importantes es aprender los pasos para hablar con nuestros hijos sobre estas cosas en una forma que llamo neuroprotectora.Los pasos de la escucha neuroprotectora son transformadores porque permiten que nuestros hijos nos cuenten lo que están experimentando en este mundo muy, muy tóxico, incluyendo las redes sociales. La mayoría de los jóvenes no sienten que pueden hablar con sus padres sobre lo que están experimentando en las redes sociales y sobre lo estresados que se sienten, escribe Donna Jackson Nakazawa, una escritora especializada en neurociencia, inmunología y emoción.
La escucha neuroprotectora es bastante simple. Yo la divido en pasos, dice Donna .El primero, es aceptar el hecho de que algunos temas son realmente difíciles de discutir. "Oye, es difícil hablar de este tema incluso para mí como adulto".El segundo es no lanzarse sobre la conversación. Dígale a su hijo antes de empezar a hablar: "Te prometo que seré un buen oyente y no haré preguntas". Los estudios muestran que hablará más y de forma voluntaria cuando no le hacemos ni una sola pregunta.El tercero es estar preparado para ser cambiado por lo que escucha. No asuma que sabe lo que siente su hija. No sabemos lo que están sintiendo. Puede que ellas no sepan lo que sienten.El cuarto es ofrecer validación: "Tus sentimientos son reales, son importantes, son comprensibles, cualquiera se sentiría así". El quinto es mantenerse en segundo plano si el adolescente quiere saber su opinión porque él todavía se está formando la suya. Solamente diga: "Te prometo que te diré mi opinión, pero primero quiero saber lo que tú piensas y sientes ahora mismo, porque eso es mucho más importante que lo que yo pienso".El sexto es pedir permiso antes de compartir cualquier observación. "Oye, ¿te importa si te hago algunas preguntas? Es que me gustaría entender mejor".El séptimo es destaque los comportamientos y cualidades positivas. "Realmente estás manejando esta situación tan compleja y confusa muy, muy bien".El octavo es simplemente recordar que está bien si comete un error; eso sí, cuanto antes se disculpe o arregle la situación es más probable que su hijo continúe hablándole. Puede decir: "¡Oye!, cuando dije XYZ me salió mal. Lamento mucho que no haya sido útil. Quiero ser útil. ¿Qué necesitas ahora?".El noveno es dar las gracias a su hijo por hablar con usted. Queremos que sea una buena experiencia para ellos. Dígale lo contento que está de que pudiera hablar con usted sobre esto.
La escucha neuroprotectora es bastante simple. Yo la divido en pasos, dice Donna .El primero, es aceptar el hecho de que algunos temas son realmente difíciles de discutir. "Oye, es difícil hablar de este tema incluso para mí como adulto".El segundo es no lanzarse sobre la conversación. Dígale a su hijo antes de empezar a hablar: "Te prometo que seré un buen oyente y no haré preguntas". Los estudios muestran que hablará más y de forma voluntaria cuando no le hacemos ni una sola pregunta.El tercero es estar preparado para ser cambiado por lo que escucha. No asuma que sabe lo que siente su hija. No sabemos lo que están sintiendo. Puede que ellas no sepan lo que sienten.El cuarto es ofrecer validación: "Tus sentimientos son reales, son importantes, son comprensibles, cualquiera se sentiría así". El quinto es mantenerse en segundo plano si el adolescente quiere saber su opinión porque él todavía se está formando la suya. Solamente diga: "Te prometo que te diré mi opinión, pero primero quiero saber lo que tú piensas y sientes ahora mismo, porque eso es mucho más importante que lo que yo pienso".El sexto es pedir permiso antes de compartir cualquier observación. "Oye, ¿te importa si te hago algunas preguntas? Es que me gustaría entender mejor".El séptimo es destaque los comportamientos y cualidades positivas. "Realmente estás manejando esta situación tan compleja y confusa muy, muy bien".El octavo es simplemente recordar que está bien si comete un error; eso sí, cuanto antes se disculpe o arregle la situación es más probable que su hijo continúe hablándole. Puede decir: "¡Oye!, cuando dije XYZ me salió mal. Lamento mucho que no haya sido útil. Quiero ser útil. ¿Qué necesitas ahora?".El noveno es dar las gracias a su hijo por hablar con usted. Queremos que sea una buena experiencia para ellos. Dígale lo contento que está de que pudiera hablar con usted sobre esto.
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