miércoles, 29 de enero de 2025

Lejos de huir de la realidad Tolkien trataba de la realidad última de la vida humana

Paul Goodman realiza una defensa de El Señor de los Anillos publicado en el Daily Telegraph. Lejos de huir de la realidad, argüía Goodman, Tolkien trataba de la realidad última de la vida humana. Toda la humanidad tiene una cosa en común, “los lectores y el escritor de este artículo, y también la señora Greer: todos vamos a morir”. Aquí, sin duda, radica la razón más persuasiva del éxito constante de El Señor de los Anillos. El viaje circular de la Comarca a Mordor y de nuevo a la Comarca es ante todo un envejecimiento, o, mejor dicho, un crecimiento. Según Goodman, los diferentes aspectos del argumento del libro “llevan a conclusiones tan verdaderas como comunes; que crecer es doloroso, pero no puede evitarse, que implica decisiones duras que tomamos libremente; que las decisiones tienen consecuencias, y que ni siquiera las buenas nos devolverán el pasado”. “Aunque el libro no toca muchas facetas de la experiencia humana, prosigue Goodman, sí explora las más importantes. La señora Greer se equivocaba al insinuar que Tolkien no tiene nada que decir sobre la guerra o la política, aunque tal vez lo que tiene que decir a ella no le guste”. Goodman concluía este artículo insinuando que la clave de El Señor de los Anillos era su “sensibilidad religiosa”, “la sensación de que al final hay una beatitud de la que disfrutar, aunque no se encuentre en la Tierra Media ni en esta tierra”. Y aunque no cabe la menor duda de que tiene puntos débiles, ¿de verdad superan a sus méritos la amplia visión, la fecunda imaginación, el poder rítmico de gran parte del texto? No.

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