jueves, 9 de enero de 2025

Lo woke es un producto de las universidades estadounidenses

El filósofo francés Henri Hude, ex profesor en el Instituto Juan Pablo II, publica en la revista La Nef que “la persona woke, ardiente proselitista, no tolera la contradicción y persigue a sus oponentes. Su proyecto de revolución cultural se llama "cultura de la cancelación". Tiene cierta sensibilidad socialista, combinada con una gran indulgencia hacia el capitalismo que le financia. La idea de una crítica política de lo woke como medio de dominación a través de la destrucción de la cultura está bien fundada en los hechos. La prueba es el proyecto woke de enseñar a los niños negros "matemáticas igualitarias". Todo el mundo admitirá que la difícil pedagogía de las matemáticas siempre puede mejorarse. Pero la idea woke parece consistir en reestructurar la enseñanza de las matemáticas ignorando la búsqueda de lo verdadero y lo falso. El 23 de febrero de 2021, Paul Bond publicó en 'Newsweek' un artículo titulado Las matemáticas son víctimas de la supremacía blanca, según un curso financiado por Bill Gates. Mencionaba el portal “Matemáticas igualitarias”, donde podía leerse esto:La cultura supremacista blanca se manifiesta en el aula cuando... hay mayor interés en obtener la respuesta correcta que en comprender conceptos y razonar.Se trata del oscurantismo más cínico que jamás haya existido. Ahora bien, este proyecto está financiado por una gran fundación vinculada a un gigante económico mundial. ¿Contratará esta empresa como director financiero a un individuo que haya recibido esta formación? Cuando un plutócrata financia semejante disparate, tiene sus razones para embrutecer al pueblo, y a los negros en particular. Por lo tanto, una crítica política de lo woke debería exponer precisamente la función de las ideas woke en la defensa de los intereses de clase y los proyectos de dominación política. Una vez destruido el principio de no contradicción, se dan las circunstancias para un caos mental y social controlable por un Poder total, un Leviatán universal, que podrá decir: "Yo soy la Democracia”.”
“Lo woke, dice Hude, es un producto de las universidades estadounidenses. ¿Cómo es posible? La primera respuesta es el relativismo estándar de los académicos, primer principio de esta cultura de la impotencia, que el Leviatán necesita para dominarlo todo. De ahí su sumisión. Si todo es igual, si todo vale, si al final 2+2=5, es el final de toda razón, de todo pensamiento crítico y de toda valentía intelectual. Una opinión que sea la media entre verdades, errores y absurdos es la que define la opinión común a la que hay que adherirse para maximizar el propio beneficio, minimizar las fricciones y evitar la marginación.La segunda respuesta es que las universidades están financiadas por plutócratas que constituyen el núcleo duro del Leviatán en Occidente. Para ellos, lo "verdadero" es lo que les es útil. El consenso de la comunidad científica tiende a convertirse en el resultado de las estrategias de poder del Leviatán y de las estrategias de carrera, o de supervivencia, de los científicos.”


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