George Orwell |
Escribe George Orwell: “Estamos de porquería hasta el cuello. Cada vez que hablo con alguien o leo los escritos de cualquiera que tenga algo que decir, noto que la honradez intelectual y la ecuanimidad en los juicios han desaparecido sin más de la faz de la tierra. El pensamiento se ha vuelto legalista y todo el mundo se limita a defender su caso y a eliminar el punto de vista del oponente, y, lo que es más, a manifestar una insensibilidad total por el sufrimiento de cualquiera que no sea él o sus amigos. Los nacionalistas indios se hunden en la autocompasión y el odio a Gran Bretaña y contemplan con indiferencia la pobreza en China; el pacifista inglés se exaspera por la presencia de campos de concentración en la isla de Man y olvida los de Alemania, etc., etc. Uno lo nota más en el caso de la gente con quien está en desacuerdo, como los fascistas o los pacifistas, pero de hecho le pasa a todo el mundo, al menos a todos los que tienen opiniones claras. Todo el mundo es deshonesto y se muestra implacable con quienes quedan fuera del rango de sus propios intereses. Lo más sorprendente es el modo en que la compasión puede abrirse y cerrarse como un grifo según las necesidades políticas” (Segundo diario de guerra, 27-4-1942).
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