“Cuando recientemente me detuve con un amigo ante la catedral de Amiens, y éste observó con sobrecogimiento y piedad tal monumento de pétrea grandiosidad y de infatigable paciencia en las minúsculas esculturas, me preguntó cuál era el motivo por el que ya no éramos capaces de construir tales obras; yo le respondí: Querido Alfonso, los hombres de aquellos tiempos tenían convicciones; nosotros, los modernos, no tenemos más que opiniones, y para elevar una catedral gótica se necesita algo más que una opinión.”
—Heinrich Heine ('Sobre la escena francesa')
No hay comentarios:
Publicar un comentario