Sydney Pollack con Nicole Kidman |
En cualquier caso, acostumbro a empezar con los actores. Y cuando llegan al rodaje lo primero que hago es echar a todos los demás; al perro o al gato también. Los actores son muy tímidos. Me importa un comino lo que digan, sé que pueden sentirse humillados con mucha facilidad y que no prueban ciertas cosas si hay gente mirando. Nunca doy instrucciones a un actor delante de otros actores, porque si lo hago, cuando repita la escena, sabrá que yo le estoy observando y le estoy juzgando, por supuesto, pero también sabrá que los demás actores le están observando y le están juzgando. Así que es un proceso muy personal; de hecho, lo primero que hago es impedir que los actores actúen. Les digo: “Nada de actuar, nada de interpretar, sólo lee el diálogo”. Eso les relaja mucho. En realidad, lo que trato de hacer es contener la actuación hasta que surge por sí misma, porque acaba surgiendo. Enseguida se empiezan a mover mientras recitan el papel y te haces una idea de lo que quieren hacer. Cosa importante que hay que saber, creo, es que la interpretación no tiene nada que ver con la intelectualidad. Un actor no necesita entender lo que está haciendo de una forma convencional, simplemente tiene que hacerlo. De modo que hay que distinguir la dirección que produce comportamiento y la dirección que produce entendimiento; esta última es completamente inútil., manifiesta Sydney Pollack a Laurent Tirard en el libro Lecciones de cine.
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