martes, 4 de enero de 2022

Los cristianos restablecieron la dignidad del matrimonio

La moral sexual había llegado a cierta degradación cuando la Iglesia se hizo presente en la historia. La promiscuidad generalizada, escribe Juvenal, era la causa de que los romanos hubieran perdido a la diosa Castidad. Ovidio observaba que las practicas sexuales se habían tornado en su tiempo especialmente perversas, incluso sádicas, y en Catulo, Marcial y Suetonio encontramos testimonios similares al respecto de la fidelidad conyugal y la inmoralidad sexual. Cesar Augusto intentó poner freno con medidas legales, pero la ley no puede reformar a un pueblo que ya ha sucumbido a los encantos de la gratificación inmediata. En los comienzos del siglo II, Tácito afirmaba que una mujer casta era un fenómeno raro.


La Iglesia enseño que las relaciones sexuales se tenían que circunscribir al matrimonio. Según el historiador Edward Gibbon “los cristianos restablecieron la dignidad del matrimonio”. Impresionado por la rectitud sexual de los cristianos, Galeno, médico griego del siglo II, los describía “tan avanzados y tan deseosos de alcanzar la excelencia moral, que en modo alguno pueden considerarse inferiores a los verdaderos filósofos”. La Iglesia no limitaba el adulterio a la infidelidad de la mujer hacia el marido, como en el mundo antiguo, sino que lo extendía a la infidelidad del marido hacia la mujer. También la autonomía de la mujer mejoró gracias a la Iglesia católica. Dice Robert Phillips que “las mujeres hallaron protección en las enseñanzas de la Iglesia y se les permitía constituir comunidades religiosas dotadas de autogobierno, un hecho insólito en la cultura del mundo antiguo…¿Donde hubo en el mundo mujeres capaces de dirigir escuelas, conventos, universidades, hospitales y orfanatos, al margen del catolicismo?”.

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